Este curso de Historia de la Música forma parte de un currículo formado por dos asignaturas complementarias: Una Historia de la Música “clásica” -este curso- y una Historia de la Música “moderna”. Ello explica que en este curso no se trate -entre otros- ni el jazz ni el rock.
Este curso comprende una introducción y 33 unidades didácticas diseñadas para estudiarse a un ritmo semanal durante un curso académico.
Filosofía del curso
Para aprovechar al máximo los contenidos de este blog, te recomiendo abrir una cuenta (las hay gratuitas) en Spotify.
Como explicamos en la Introducción, este curso cubre la historia de la Segunda Edad de la música occidental, o Edad de la Notación. Esta categorización -basada en la obra deWalter Wiora- es específica de este curso de Historia, e implica tanto la omisión de las culturas musicales no europeas, como las culturas musicales ágrafas de la Antigüedad -encuadradas en la Primera Edad o Edad de la Memoria-, así como la música moderna -jazz, rock, etc.- que se encuadraría en la Tercera Edad o Edad del Sonido. Pese a ello, no hemos querido omitir durante el curso algunas referencias indispensables a estas culturas.
Este curso pretende aprovechar las posibilidades de integración de medios -vídeo, audio, documentos y enlaces- para ofrecer un recorrido de la historia de la música compacto y comprensible.
Este curso pretende evitar acumulaciones de datos sobre compositores y obras para centrarse en describir las circunstancias que explican el desarrollo y evolución de la música occidental a lo largo de un milenio. Los enlaces permiten al lector ampliar este tipo de información.
Este curso no pretende ser exhaustivo en el tratamiento de los distintos periodos históricos. Prefiere ocuparse de aspectos troncales aunque ello signifique omitir compositores u obras “imprescindibles”. Los enlaces permiten al lector ampliar este tipo de información.
La selección de compositores y audiciones -conformada por los vídeos y audiciones Spotify- pretende conciliar la calidad musical con la diversidad. No pretendemos construir un canon de obras maestras, sino ilustrar la variedad de planteamientos musicales coincidentes en cada periodo histórico.
Plan de trabajo
Cada unidad incluye una breve guía histórica, vídeos, enlaces de audio comentados y un conjunto de tareas. En conjunto, cada unidad didáctica está diseñada para suponer una carga de trabajo de entre dos y tres horas, equivalentes a las dos horas semanales que suponen las clases presenciales más un extra de trabajo personal.
1.- El alumno online deberá acceder a la página de Ejercicios situada al final de cada Unidad utilizando la contraseña que se le facilitará semanalmente. Deberá realizar los ejercicios en un documento word (o compatible, también puede usar servicios gratuitos como Google Docs o similares) y enviarlos al profesor al cabo de una semana.
2.- En los Ejercicios se pide también al alumno que deje un comentario crítico en la casilla que podrá encontrar al final de cada Unidad.
3.- Al final de cada trimestre se realizará un examen presencial. En este examen el alumno deberá comentar tres audiciones escogidas entre las audiciones Spotify del trimestre. En cada uno de estos ejercicios se valorará la información que el alumno aporte sobre estas tres áreas de conocimiento: 1) Localización de la obra. Época y género y, si es posible, también nombre y autor; 2) Características musicales de la obra. Género y estilo, instrumentación, forma, elementos melódicos, armónicos o rítmicos relevantes, etc.; 3) Ubicación de la obre en su contexto histórico y social.
Este curso de Historia de la música no se propone que conozcas una lista de estilos, compositores y obras. Pretende en primer lugar ayudarte a desarrollar una comprensión global de los factores (económicos, tecnológicos, sociales, etc.) que han incidido en la evolución y desarrollo de la música. Para empezar a recorrer este camino, en esta unidad discutiremos algunos conceptos generales que nos servirán para plantear las preguntas que nos ayudarán a enfocar el papel que ha jugado la música a lo largo de los últimos mil años. Las discusiones previas nos servirán para exponer al final de esta introducción qué entendemos por ‘música clásica’ (el objeto de este curso) y plantear un primer trazado de la Historia de la música occidental en tres grandes edades.
La música como cultura
Desde el punto de vista de su estudio, la música es un “sonido” inserto en una sociedad mediante un conjunto de “conductas” y de “ideas”.
La consideración de la música como cultura -es decir, como un elemento más del tejido de códigos culturales y sociales que configuran el modo en el que nos relacionamos con nuestro entorno- constituye el principal -y revolucionario- cambio de perspectiva producido en el ámbito de la etnomusicología durante el siglo XX. Hasta los años 60 aproximadamente, la etnomusicología tradicional había puesto el énfasis en el estudio de la “materia” musical de los distintos pueblos: los ritmos, las escalas, los instrumentos, las formas musicales, etc.
En su obra The Anthropology of Music [1964], el etnomusicólogo Alan P. Merriam sostuvo que esta materia musical (sound) constituye sólo una faceta de la música. Para Merriam la música es un fenómeno que no puede ser descrito únicamente desde el sonido, sino que requiere también el estudio de las conductas que lo acompañan (behaviour) y de las ideas (ideas) que se generan en torno a la música. Es decir, la música tiene lugar por lo general en forma de un acto social (conductas) cuyos actores actúan según ciertas normas (no son las mismas las de la Ópera de París en 1880 que las de una rave party o las de unas procesiones de Semana Santa en Sevilla). Por otro lado, la música no es un fenómeno ideológicamente neutro, sino que suele insertarse en un sistema de valores (ideas) y concepciones (no es el mismo el que rodeó al jazz en los años 40, que el que sustentó el canto gregoriano en la Edad Media o el que hace posible año tras año lacanción del verano).
Desde el punto de vista del estudio de la Historia de la Música, todas estas consideraciones concernientes con la imbricación de la música en la cultura nos servirán para darnos cuenta de que la música no es un ente autónomo cuya evolución responda únicamente a sus propias reglas, sino que dicha evolución constituye un componente y un reflejo más de las transformaciones que tienen lugar en la sociedad, que es la que en última instancia determina su vigencia.
Una antropología de la música en cuatro vídeos
[activa los subtítulos en castellano]
Anita Collins – Cómo beneficia a tu cerebro tocar un instrumento musical [2014]. Este impactante vídeo describe los efectos la música en nuestro cerebro. Este hecho pone en evidencia las bases biológicas que sustentan la música y su efecto sobre las personas.
Redes – Música, emociones y neurociencia [2011]. Además de los argumentos biológicos, los etnomusicólogos han constatado que la música constituye un rasgo característico e inseparable de la cultura humana: No hay civilización humana -por primitiva que sea- que no cuente con su propia música. Este documental sugiere la idea de la música como “lenguaje universal”, pero quizá ésta es una idea que necesite alguna matización.
Sex Pistols – Protestas de grupos religiosos en Caerphilly contra los Sex Pistols [1976]. Que la música sea un rasgo imprescindible de la especie humana, no significa que sea un “lenguaje universal”. Con frecuencia, algunas manifestaciones musicales han sidoconsideradas dañinas o inmorales(Pitágoras, Platón, Al-Farabí, etc.) y lo han seguido haciendo hasta nuestros días. Hoy en día la música sirve tanto para aglutinar personas como para enfrentarlas entre sí.
David Bisbal – Celebración de la victoria de España en el Mundial de fútbol [2010]. La música puede ejercer un extraordinario poder aún careciendo de originalidad o valor estético, pues normalmente forma parte de un entramado social o comunicativo más complejo. Los estribillos sencillos permiten la participación del público. En el minuto [06:10] el cantante almeriense entonó el himno nacional sobre la armonía de la canción… El público está viviendo una intensa emoción, y sin duda alguna la música actúa como catalizadora de esta emoción. Sin embargo, cabe preguntarse ¿qué calidad musical tiene esto?
La visión idealista de la cultura
La historiografía musical ha estado dominada por una visión idealista de la Historia. De forma simplista, podemos definir el Idealismo como la visión del mundo que entiende que la mente y las ideas son el motor del progreso, y el Materialismo como aquélla que entiende que son las condiciones tecnológicas y económicas las que lo condicionan. La visión idealista de la cultura está basada en las siguientes premisas:
La cultura es un proceso acumulativo: cada nuevo estadio supone un avance técnico con respecto al estadio anterior, de modo que la sucesión de dichos estadios representa un recorrido ascendente de progreso permanente.
La cultura es un proceso orgánico: los estadios evolutivos de la cultura presentan similitudes con un organismo vivo que nace, crece, alcanza la madurez y entra en decadencia para ser sucedido por un nuevo estadio evolutivo. A su vez, cada estadio evolutivo contiene el germen del estadio que habrá de sucederle. A los estadios evolutivos del arte se los denomina estilos.
El genio es el motor de la cultura: Las visiones idealistas de la cultura ponen el acento en el poder transformador del genio. Así, buena parte de la historiografía musical se centra en documentar exhaustivamente diferentes aspectos de apenas unas decenas de ‘grandes compositores’ -su vida, su obra, su estilo, sus ideas, etc.-.
¿La música ha evolucionado o ha ‘involucionado’ durante el siglo XX?
La visión Idealista de la Historia de la música está abocada a enfrentarse a numerosas contradicciones: Si es el progreso quien marca el devenir de la Historia de la música, ¿cómo es posible que una técnica tan simple como el bajo continuo barroco provocara la decadencia la sofisticada ciencia de los polifonistas renacentistas a partir de 1600? ¿cómo es posible que un estilo tan rudimentario como el rock desalojase al jazz del mainstream estadounidense en los años 60? Con datos como éstos es posible cuestionar todas y cada una de las premisas del Idealismo estético:
¿La cultura es un proceso acumulativo? La Historia muestra que los estilos artísticos y musicales no siguen una línea recta. Algunos estilos más simples han sucedido a estilos más complejos, con lo cual la idea de progreso permanente queda en entredicho.
¿La cultura es un proceso orgánico? En general, es posible acotar los estilos musicales de modo que se pueda reconocer en ellos una evolución orgánica (formación, maduración y decadencia). Sin embargo no es demostrable que los estilos se sucedan de forma orgánica (un estilo engendra al siguiente), sino que más bien los estilos parecen coexistir en unos ecosistemas (Jeff Todd Titon) que pueden llegar a ser bastante agresivos y en los cuales una determinada “especie invasora” pudiera acabar en poco tiempo con siglos o décadas enteras de tradición.
¿El genio es el motor de la cultura? La etnomusicología nos enseña que ninguna innovación musical prospera si no es aceptada y reconocida por la sociedad. Los grandes genios han existido allí donde hubo un público dispuesto a reconocer su mérito, y en cierto modo el artista genial es tan excepcional como los momentos históricos en los que la sociedad está sedienta de innovación y calidad musical, como fueron la Venecia de Giovanni Gabrieli, la Viena de Ludwig van Beethoven o la Nueva York de Miles Davis.
La emancipación de la disonancia
El compositor Arnold Schönberg (1874-1951), explicó la Historia de la música como un proceso de Emancipación de la disonancia, es decir, como una conquista de la serie físico-armónica mediante la asimilación progresiva por parte del oído de las disonancias que se producen según avanzamos por dicha serie. La Emancipación de la disonancia sería así la responsable de la evolución de la música desde la monodia griega y gregoriana hasta eldodecafonismo y el microtonalismo practicado por las vanguardias musicales del siglo XX.
El compositor Paul Cooper explicó así en 1973 la Emancipación de la disonancia como proceso histórico: a) unísonos y octavas (Grecia clásica); b) cuartas y quintas paralelas en el organummedieval (desde ca.850); c) armonía triádica (desde ca.1400); d) acordes de séptima (desdeca.1600); e) acordes de novena (desde ca.1750); f) escala de tonos enteros (desde ca.1880); g) escala cromática, dodecafonismo y microtonalidad (desde principios del s.XX).
Esta explicación de la evolución histórica de la música ha ejercido una enorme influencia en la mentalidad académica, especialmente en la europea. Y sin embargo presenta todos los ‘defectos’ achacables a los modelos idealistas:
Concibe la Historia de la música como un proceso ajeno a los vaivenes sociales y culturales, dependiente básicamente de un factor interno, en este caso la disonancia.
Concibe la Historia de la música como una línea que avanza en una sola dirección, restando importancia y categoría artística a todas aquéllas manifestaciones musicales que no encajen dentro de la misma.
Sitúa arbitrariamente en un parámetro (la disonancia) la esencia de la música, degradando a un papel anecdótico cualquier otro parámetro.
Induce un sistema de valores arbitrario, según el cual la música disonante debería considerarse siempre más avanzada (mejor) que la menos disonante.
Está concebida desde una perspectiva chovinista e interesada: Al plantear esta teoría, Schönberg situaba automáticamente su sistema dodecafónico en la cúspide de la evolución musical occidental, ¿pura casualidad?
Algunos términos problemáticos
Las etiquetas resultan una herramienta práctica para referirnos a los distintos tipos de música, pero a menudo resultan sesgadas o imprecisas. La misma división entre música ‘clásica’ y ‘moderna’ requiere alguna explicación, pero antes procederemos a repasar y discutir algunos pares de etiquetas usadas con frecuencia en los libros de Historia de la música:
Música culta y popular
Música pop.
La distinción culto/popular suele estar muy clara en las grandes civilizaciones orientales (mundo árabe, Persia, India o China, entre otros) y en la música occidental más antigua (Grecia, Roma, Europa medieval). En estas tradiciones se suele denominar “clásica” a la tradición culta.
La música culta se refiere a una tradición (preferentemente escrita, aunque también puede ser oral) con arraigo en un espacio geográfico suficientemente amplio, basada en el conocimiento de una teoría musical, un repertorio musical histórico y/o la adquisición de un virtuosismo interpretativo conforme a unas reglas de estilo, normalmente transmitidas de profesor a discípulo.
Por música popular se entiende una tradición oral con arraigo local que carece tanto de una teoría como de un repertorio histórico y se sostiene en una práctica interpretativa poco exigente al alcance de cualquier miembro de la comunidad.
La Historia de la música es una historia de las músicas cultas principalmente porque fueron éstas las que, gracias a la notación, se preservaron y difundieron más allá de sus ámbitos locales. Sin embargo, por esto mismo, podemos considerar también la Historia de la música como una historia de las músicas más populares (y difundidas) de sus respectivas épocas.
Música moderna y contemporánea
Música ¿del futuro?
Las coordenadas temporales a veces no son suficientes para esclarecer ni la materia sonora de la música ni su entorno sociológico e ideológico. De ahí que dos términos aparentemente sinónimos (‘moderno’ y contemporáneo’) sean empleados de forma convencional para denotar dos ámbitos musicales muy contrapuestos.
Por música moderna nos solemos referir a los estilos musicales que los musicólogos han denominado ‘música popular’ (para diferenciarla de la música tradicional o folclórica) o ‘músicas populares urbanas’. Engloban diferentes estilos o corrientes que (como el blues, el flamenco, el jazz, el rock o el pop) comparten numerosos aspectos significativos:
Sonoros (sonido): Constan de una base rítmica, melodía y acompañamiento armónico, han ido incorporando elementos eléctricos y electrónicos a lo largo de su historia, etc.
Sociológicos (conductas): Se han originado en entornos urbanos a partir de tradiciones folclóricas o populares preexistentes y en conexión con las distintas ofertas de ocio originadas a lo largo del siglo XX. Su difusión y almacenamiento se ha producido fundamentalmente por medios no escritos. A diferencia de la música folclórica, el músico “moderno” es generalmente profesional y su propiedad intelectual está reconocida, aunque a menudo la figura del compositor queda eclipsada por la del intérprete.
Ideológicos (ideas): Este es el aspecto menos homogéneo de todos, pues es posible encontrar numerosas posturas en cuestiones como a) Actitud frente al mercado: estilos masivos (pop), desafiantes (indie) o elitistas (jazz), etc. b) Consideración de la complejidad/sencillez como criterio de valor: estilos que valoran la complejidad (jazz) y que la desprecian (punk) o la ignoran (electrónica de baile), etc. c) Actitud frente a la tradición: estilos que valoran su historia (jazz, rock), estilos con raíces tradicionales (flamenco, blues), estilos que desconocen o carecen de una verdadera tradición (pop, electrónica de baile), d) Valoración de la técnica instrumental: Estilos que valoran el virtuosismo instrumental (jazz, metal), que lo ignoran (pop) o lo desprecian (punk), etc.
Por música contemporánea (o ‘música académica contemporánea’) nos solemos referir a la música que sigue componiéndose en nuestros días conforme a las condiciones tecnológicas y sociológicas de la música clásica de la primera mitad del siglo XX. Aunque la música contemporánea también se ha desplegado en diferentes estilos (serialismo, texturalismo, minimalismo, espectralismo, etc.), todos ellos comparten numerosos aspectos significativos:
Sonoros (sonido). Aunque en las últimas décadas se ha incorporado la electrónica con bastante fuerza, la tecnología se basa principalmente en la notación y el empleo de losinstrumentos acústicos de la tradición clásica. En general, la música contemporánea evita emplear simultáneamente patrones rítmicos, melódicos o armónicos fácilmente reconocibles.
Sociológicos (conductas). Se desarrollan en entornos sociales heredados de la música ‘clásica': Conservatorios, temporadas de conciertos, teatros de ópera, festivales de música, etc. Requieren de sus intérpretes una formación exigente y altamente cualificada y su financiación depende de las partidas destinadas por las instituciones públicas y privadas al sostenimiento de la música ‘clásica’. La división del trabajo entre compositor e intérprete es casi absoluta. El oyente debe permanecer en silencio, generalmente sentado.
Ideológicos (ideas). La música contemporánea parte de una concepción fuertemente idealista y eurocéntrica de la Historia de la música. Se ve a sí misma como heredera de la tradición clásica y asume el compromiso de seguir conduciéndola en una línea ascendente e irreversible.
Música moderna y contemporánea de 1989
Roxette – The Look[1989] Este dúo sueco alcanzó proyección internacional en 1989 con el tema The Look. Su música se engloba dentro del Pop, una corriente definida por los musicólogos como estilísticamente mutante (se adapta a los gustos del mercado) y cuya seña de identidad más característica sería la orientación al consumo masivo.
Kaija Saariaho – Du cristal [1989] La compositora finlandesa Kaija Saariaho es una de la representantes más reconocidas delEspectralismo. Su obra Du cristal está escrita para gran orquesta y sintetizador que desarrolla la resonancia del acorde de campanas escuchado al principio.
Música clásica y moderna
Y por fin llegamos al momento que supuestamente justifica la división de la asignatura de Historia de la música en dos cursos -Historia de la música clásica e Historia de la música moderna-. La expresión ‘música clásica’ es relativamente reciente: fue acuñada durante el siglo XIX, en un momento en el que el concierto sinfónico se erigía en Europa central como el principal formato para la difusión y el disfrute de la música. Se trata, por tanto, de una etiqueta posterior a músicos tales como Bach, Mozart o Beethoven, quienes en ningún momento se consideraron a sí mismos ‘clásicos’.
Ahora bien, ¿está justificada esta clasificación? La objeción más importante a esta división reside en el uso sesgado que se impone al término ‘clásico': Charlie Parker no sería un ‘clásico’ (pese a que su música constituye la espina dorsal del jazz) mientras que las obras de Malcolm Arnold(nacido un año después que Parker) habrían sido ‘clásicas’ desde el mismo momento de su estreno, al margen de la huella que hubieran dejado.
Sin embargo, estas paradojas no son nuevas ni exclusivas de la música occidentalpues, como hemos visto, en las culturas musicales no occidentales suelen poseer una conciencia muy clara de lo que pertenece a lo ‘clásico’ y lo que no. El ejemplo que más semejanzas presenta con el caso actual lo ofrece el Barroco musical con los denominados stile antico (estilo antiguo) ystile moderno (estilo moderno). Por stile antico se denotó el estilo polifónico cultivado en las iglesias, un estilo complejo, que contaba con siglos de tradición y con un monumental aparato teórico y técnico: el contrapunto. El stile moderno se denotó el recientemente inventado estilo monódico cultivado en el teatro y que contaba con un aparato teórico y técnico aún por desarrollar: la armonía.
Resumiendo, en el Barroco se acuñaron dos términos para referirse a músicas contemporáneas entre sí, pero basadas en técnicas compositivas e interpretativas, perfiles sociológicos e ideológicos perfectamente distinguibles. Al igual que la música barroca (el stile moderno), la música moderna es el resultado de las profundas transformaciones tecnológicas (creación, difusión) y sociales (mass media) acaecidas durante el siglo XX. Gracias a ello, podríamos obtener una caracterización provisional de la música clásica (la de la música moderna la hemos expuesto ya en el apartado anterior) a partir de los siguientes aspectos:
Sonoros (sonido). La tecnología compositiva está basada fundamentalmente (a veces de forma casi exclusiva) en la notación. Los instrumentos y las voces se utilizan sin amplificación, y exigen del intérprete un elevado grado de control técnico. La técnica compositiva varía a lo largo de la historia, pero pone el énfasis en la simultaneidad de sonidos temperados (polifonía).
Sociológicos (conductas). Se ha desarrollado en diferentes espacios sociológicos: La iglesia (música sacra), los palacios (música profana), los teatros (ópera), los hogares (música de cámara) y las salas de concierto (música orquestal). Las normas sociales alrededor de la música han variado enormemente a lo largo del tiempo y no es posible realizar generalizaciones.
Ideológicos (ideas). Los valores “clásicos” han variado enormemente según los periodos, los lugares y los espacios, aunque es posible rastrear líneas de pensamiento más o menos continuas, como pueden ser la pitagórica (la música como reflejo de los fundamentos físico-matemáticos de la armonía), la retórica (la homología entre el discurso oral y el musical) o el formalismo (la música como construcción autónoma).
Música clásica y moderna de 1940
Joaquín Rodrigo – Concierto de Aranjuez(2. Adagio) [1940] Compuesto en París y estrenado en 1940 en el Palau de la Música de Barcelona, el Concierto de Aranjuez está compuesto según parámetros ‘clásicos': Música escrita, destinada a la sala de conciertos e instrumentos acústicos de tradición ‘clásica’. Es la obra clásica española más interpretada en el mundo.
Glenn Miller – In The Mood [1940] Este tema se mantuvo durante quince semanas consecutivas de nº1 de ventas en los USA a principios del año 1940. El Swing fue la música popular estadounidense durante los años 30 y 40. Las bandas más comerciales (blancas) marginaron la improvisación en beneficio de los arreglos, lo cual las hace deudoras de la tradición ‘clásica’.
Las tres edades de la música occidental
El etnomusicólogo alemán Walter Wiora propuso en su obra The Four Ages of Music (Las cuatro edades de la música, 1967) una división de la Historia de la música universal en cuatro edadessolapadas entre sí:
Culturas prehistóricas. Culturas que aún no han sistematizado su cultura musical (escalas, teoría, etc.). Cubriría la prehistoria de la humanidad y persistiría en las sociedades primitivas actuales. La producción musical engloba una enorme variedad de técnicas que incluyen la monodia, la polifonía, la heterofonía o la polirritmia.
Altas culturas de la Antigüedad. Culturas que han desarrollado un sistema musical (generalmente, expresado en términos matemáticos) y una tradición oral celosamente guardada. Cubriría las grandes culturas de la Antigüedad (Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, etc.) y persistiría en Europa hasta la Edad Media (canto gregoriano) y en las tradiciones clásicas orientales (música árabe, Persia, India, China, etc.) hasta la actualidad. Musicalmente, estas tradiciones se caracterizan por el alto grado de sofisticación alcanzado por la melodía.
Música occidental. Cultura musical apoyada en la notación musical y caracterizada por el desarrollo de la polifonía, la armonía y las grandes formas musicales. Se trataría de un fenómeno fundamentalmente europeo originado en la Edad Media (ca. 1100) y que se habría extendido por todo el mundo hasta nuestros días.
Música de la era industrial. Música basada en las tecnologías del sonido (creación, difusión, comercialización, etc.) que incorpora el sonido no temperado como materia prima musical. Se trataría de un fenómeno iniciado durante el siglo XX y que apunta en nuestros días a una creciente globalización.
La ordenación de Wiora nos aproxima de forma decisiva a la definición de ‘música clásica’ que servirá para centrar el objeto de este curso. Por un lado, es evidente que la tercera ‘edad’ de Wiora se corresponde de forma aceptable con lo que entendemos por ‘música clásica’, del mismo modo que la cuarta ‘edad’ lo hace con la ‘música moderna’. Sin embargo, nosotros nos ceñiremos a una división en tres edades ligeramente distinta, basada en la irrupción de dos revoluciones tecnológicas que ya observó Wiora: La invención y desarrollo de la notación musical, y el desarrollo de las tecnologías del sonido.
Primera Edad – La Edad de la Memoria. Culturas musicales anteriores al desarrollo de la notación musical.
Segunda Edad – La Edad de la Notación. Cultura musical europea, basada en el desarrollo de la notación musical.
Tercera Edad – La Edad del Sonido. Culturas musicales globales, basadas en el desarrollo de las tecnologías del sonido (creación, difusión, comercialización, etc.).
Es decir, nosotros entenderemos por música clásica las tradiciones musicales que se han preservado hasta nuestros días, y que se han sostenido y desarrollado principalmente gracias al empleo de la notación musical. Con ello, excluimos voluntariamente del curso las tradiciones musicalmente ‘prehistóricas’ (esto es, cuya música no se ha preservado por escrito) independientemente de su encuadre en la primera o segunda ‘edad’ de Wiora. Excluimos también la música moderna, entendida ésta como la música del siglo XX que se ha desarrollado principalmente gracias a la aparición de las modernas técnicas de grabación y difusión del sonido, que han incorporando nuevas tecnologías según se ha democratizado su uso (instrumentos eléctricos, posproducción, producción digital, etc.), y que han ocupado los nuevos espacios sonoros abiertos durante los siglos XX y XXI (radio, cine, televisión, pistas de baile, etc.).
Nuestra división difiere en dos significativos detalles con respecto a la de Wiora:
Nuestra música clásica incluye un segmento de música que pertenece esencialmente a la segunda edad de Wiora: La monodia medieval (canto gregoriano y trovadores), pues se trata de dos corpus musicales que, aunque se formaron y desarrollaron en un medio aún desconocedor de la notación musical, pudieron ser preservados posteriormente mediante la notación y, por tanto, han terminado formando parte de la ‘historia’ de la música propiamente dicha.
Nuestra música clásica incluye un segmento de música que Wiora asignó a la cuarta edad: La música contemporánea (tal como la hemos definido más arriba). Aunque la música contemporánea ha experimentado con la microtonalidad (Alois Hába) o el ruido (Luigi Russolo, Edgar Varèse) y ha incorporado instrumentos electrónicos (como el Theremín o lasondas Martenot) prácticamente desde los años 1920, y debido a ello podría encuadrarse en la cuarta edad de Wiora, la consideramos principalmente como un epígono de la tercera edad dado que desde el punto de vista tecnológico ha dependido fundamentalmente de la notación y se ha ceñido a los espacios sociológicos de la música ‘clásica’ siglo XIX (la sala de conciertos y el teatro de ópera).
Es decir, para nosotros la música clásica es la música correspondiente a la Segunda Edad de la Historia de la música tal como la acabamos de definir. Nuestra Historia de la música comenzará por lo tanto por el canto gregoriano y concluirá con la música contemporánea.
jueves, 29 de enero de 2015
UNIDAD 1 – EL CANTO GREGORIANO
El nacimiento de la notación musical occidental
Notación musical carolingia (s.IX).
La notación musical occidental nació en torno al año 800 dC en el Imperio carolingio. Con este hito se inicia una larga cadena de perfeccionamientos técnicos que conducirán poco a poco al sistema de notación musical que conocemos y utilizamos hoy en día, y que estaría prácticamente completado hacia el siglo XVII.
Los sistemas de notación musical carolingios eran de tipo neumático: un conjunto de signos escritos sobre cada sílaba de un texto que ayudaban a recordar cómo debía ser interpretada la melodía. Nada que se asemeje a una partitura tal como la entendemos hoy en día. De hecho, era (y es) imposible interpretar dichas partituras si no se tenía una idea previa de la melodía que se pretendía entonar. Con el tiempo, el dibujo de la melodía se hizo más preciso y se apoyó en una o dos líneas horizontales que representaban alturas fijas de la escala, y que desembocaron eventualmente en el tetragrama (s.XI) y elpentagrama (s.XIII), sistemas que coexistieron durante siglos. Por fin fue posible representar con exactitud el movimiento melódico y las alturas (aunque no el ritmo), lo cual permitirá preservar para los siglos venideros repertorios musicales que, en ausencia de la notación, habrían perecido para siempre.
La iniciativa carolingia no fue la primera en intentar registrar los sonidos con signos gráficos -los antiguos griegos habían desarrollado sistemas alfabéticos para explicar los intervalos o transcribir eventualmente alguna melodía-, pero sí fue la primera vez en la que la notación se empleará de forma masiva para transmitir un inmenso legado musical: el canto llano -popularmente conocido como canto gregoriano-, marcando así el inicio de la historia de la música occidental.
Ejemplo de notación neumática no diastemática (Suiza, s.X)
Ejemplo de notación neumática diastemática con una línea horizontal (Italia, segunda mitad s.XII)
Ejemplo de notación neumática sobre tetragrama (norte de Francia, s.XII)
Ejemplo de notación diastemática cuadrada con tetragrama (Eslovaquia, s.XV)
Las liturgias cristianas orientales y occidentales comparten un ancestro en la liturgia sinagogal judía.
El canto gregoriano es el canto litúrgico de la iglesia católica romana. El canto gregoriano se inserta en una tradición milenaria que los primeros cristianos heredaron de la liturgia sinagogal judía, una liturgia basada fundamentalmente en la lectura de textos sagrados y la recitación de los salmos. Al extenderse el cristianismo por el Imperio romano, su liturgia fue diversificándose a la vez que adoptaba las distintas lenguas habladas en el Imperio: latín, griego, siríaco, copto, etc. Los mecanismos que sustentaron el desarrollo y crecimiento del repertorio litúrgico cristiano durante estos primeros siglos fueron los propios de la tradición oral: la intercambiabilidad de melodías y textos, la ornamentación de las melodías por los solistas y el préstamo permanente de influencias entre las distintas regiones del Imperio hicieron del canto gregoriano y de sus liturgias hermanas un verdadero compendio del arte musical mediterráneo, desde Hispania hasta el Oriente Medio.
El canto ligado a estas liturgias comparte una característica fundamental: procede de la recitación más o menos adornada de un texto sagrado. Es decir, no se entiende como música en sí misma, sino como oración. El canto entendido como soporte de un texto cumple tres funciones esenciales:
Memoria. En una cultura de tradición oral en la que los textos deben aprenderse de memoria, la coincidencia de ritmo y acentuación entre melodía y texto ayuda a retener con mayor exactitud ambos, reforzándose mutuamente.
Amplificación. En ausencia de medios artificiales de amplificación del sonido, el canto es la forma más eficaz de hacer audible un texto ante asambleas amplias. Es el mismo fenómeno que encontramos en la recitación de los números del “Gordo” de Navidad, de los antiguos romances del ciego o las lecturas de los bandos municipales por los alguaciles en las plazas principales de los pueblos.
Emoción. Por muy simples que sean las fórmulas melódicas utilizadas en la recitación, el canto sitúa instantáneamente al oyente en el plano de las emociones. En el caso de un texto sagrado, el canto puede transfigurar el texto asemejándolo con la palabra de dios, conseguir que cobre sentido un texto incomprensible, o que adquiera una cualidad mística uno repetitivo.
La función de soporte textual de la música litúrgica la convierte en algo parecido a una lectura musical que podemos distinguir a través de dos rasgos característicos y recurrentes: 1) el canto llano es fundamentalmente monódico (una sola voz real), aunque puede ser interpretado tanto de forma solista como coral, 2) el canto llano presenta un ritmo libre (no existe un pulso estable) asemejándose a una prosa musical en la que la longitud de las frases musicales viene dada directamente por la longitud de las frases textuales.
2000 años de alabanzas al Dios único
Las liturgias de las grandes religiones monoteístas originadas en el Oriente Próximo están emparentadas en una extensa y tupida red de herencias, préstamos e intercambios. En esta serie de audiciones encontramos una pequeña muestra de algunos de sus momentos más significativos.
Canto judío – Salmo 137. La liturgia sinagogal judía, consistente en esencia en la recitación de textos sagrados y el canto de los salmos, constituye la fuente de todas las liturgias cristianas, orientales y occidentales. La diáspora, la aculturación de las comunidades judías y, finalmente, el paso del tiempo, hace imposible una reconstrucción exacta de la liturgia judía en los tiempos de Jesucristo, aunque podemos inferir algunas de sus características, como el estilo solista muy ornamentado, el ritmo libre, la ausencia de acompañamientos instrumentales (no respetada en esta recreación) o el microtonalismo.
Canto bizantino – Tropario para el servicio de la Gran Paráclesis. El más importante de los ritos cristianos orientales es el bizantino o griego, vigente en el Imperio bizantino con sede en Constantinopla y que utilizó el griego como lengua vehicular. Se caracteriza por el empleo delison, o sonido grave fundamental entonado por el paraphonista y que sustenta el canto del solista y del coro. La pieza seleccionada es un himno, un tipo de canto estrófico de carácter popular que se cree originario de Siria en el siglo IV.
Canto romano antiguo – Introito “Dominus dixit ad me”. Por canto romano antiguo se entiende el canto litúrgico ligado a Roma, atribuido por la leyenda al papa Gregorio Magno(ca.600) y anterior a la reforma carolingia (ca.800). El canto romano antiguo utilizó el latín como lengua vehicular y se cree muy influido por las liturgias orientales en aspectos como la primacía del canto solista, la rica ornamentación, el empleo del ison bizantino o el temperamento cromático y/o microtonal. La pieza seleccionada es el Introito de navidad “Dominus dixit”.
Canto gregoriano – Introito “Dominus dixit ad me”. Por canto gregoriano entendemos el canto romano que ha llegado a nuestros días a través de los carolingios (el canto romano antiguo apenas se ha conservado en unos pocos manuscritos). Se cree que el canto romano preservado por los carolingios heredó características del canto galicano, el canto litúrgico autóctono de los francos del que no se conoce fuentes directas. El canto gregoriano es más diatónico y simple (menos ornamentado) que el romano, y tiene un ritmo más plano y homogéneo. El Introito recogido aquí es la versión gregoriana del ofrecido más arriba en la versión romana antigua. La similitud melódica es inconfundible, aunque el estilo interpretativo y el resultado musical son muy diferentes.
La reforma carolingia
El papa León III corona a Carlomagno como emperador del Occidente cristiano.
Tres siglos después del colapso del Imperio romano, las liturgias latinas de Europa Occidental estaban fragmentadas en numerosas variantes locales, como la romana (o gregoriana), la ambrosiana (o milanesa), lavisigótica o mozárabe (reino visigodo), o lagalicana (reino franco), entre otras. Es entonces cuando los artífices del Imperio carolingio se proponen recuperar la unidad de la liturgia para el Occidente cristiano.
La reunificación de las liturgias latinas por parte de Carlomagno obedece a una estrategia cuyo objetivo político consistió nada menos que en refundar el Imperio romano de Occidente: En efecto, el pujante reino franco abarcaba por entonces la casi totalidad del occidente cristiano y se erigía además como el único poder político capaz de frenar alexpansionismo islámico que amenazaba desde el mediterráneo y los Pirineos. Sin embargo, para restaurar el Imperio era necesario que el papa de Roma reconociese (y coronase) al nuevo emperador, como antaño había hecho con los césares. Mediante la imposición de la liturgia gregoriana a todos sus súbditos y dominios, Carlomagno no solo se ganaría la alianza del papa sino que además dotaría a su Imperio de una unidad con un altísimo valor simbólico.
El Imperio carolingio en su máxima expansión.
Dado el inmenso volumen del repertorio litúrgico cristiano, consistente en cientos y cientos de melodías, los carolingios pusieron en marcha un ambicioso programa para difundir el canto romano a lo ancho de todo el Imperio en un proceso que se extendería durante un siglo aproximadamente. De esta formidable empresa resultarían tanto la invención de la notación musical como el nacimiento del canto gregoriano tal como lo conocemos. Por un lado, la transmisión de las melodías romanas -probablemente similares a las francas, pero mucho más ornamentadas y afectadas por matices cromáticos y microtonales característicos de la cultura mediterránea- obligó a crear y desarrollar un sistema de notación musical que pudiera registrar estos exóticos matices lo más fielmente posible.
Por otro lado, este ímprobo esfuerzo no pudo evitar que en el proceso de transmisión y preservación se incorporasen numerosos rasgos idiosincráticos germánicos -simplicidad melódica, fraseo regular, diatonismo, etc.-, especialmente tras el declive del Imperio carolingio durante las invasiones normandas (siglo IX). Ello explica que el canto supuestamente “romano” que acabó instaurándose en Occidente (y en la propia Roma) tuviera las características mixtas que ha exhibido el canto llano hasta nuestros días: Exuberantes melodías orientales diatonizadas y sometidas a la disciplina de un ritmo “plano”.
La misa y el oficio
La misa es la palabra de Dios y la eucaristía ofrecidas diariamente al pueblo.
Las dos principales liturgias de la religión cristiana son la misa y el oficio. Cada una de estas liturgias cuenta con un repertorio de melodías que varía según el momento del año litúrgico en el que se lleve a cabo la celebración.
La misa es la celebración a la que acudían diariamente los fieles para recibir la palabra de dios y obtener el perdón de los pecados, y a la que también se acudía para la celebración de ritos especiales, como la coronación de un rey o un pontífice o las exequias de un personaje ilustre. La misa se celebraba con distinto grado de suntuosidad (también en lo musical) según la importancia de la celebración, y estaba prácticamente toda ella cantada en latín.
PARA CONOCER EN MAYOR DETALLE LA ESTRUCTURA DE LA MISA MEDIEVAL, LEE ESTE VIDEOARTÍCULO
El canto llano es un elemento central en la vida monástica.
El oficio divino (o liturgia de las horas) es el ritual de oración intensiva que se llevaba a cabo diariamente (de día y de noche) en los monasterios y cuya función primordial era interceder ante dios para obtener la salvación de las almas. Así, los pecados de reyes y plebeyos serían perdonados si los monjes rezaban por ellos (a cambio de prebendas y diezmos).
El oficio se rige por un calendario litúrgico extremadamente exigente que establece la oración (y el canto) según lo comandado en el Libro de los salmos (“Siete veces al día te alabaré”) a lo largo de las denominadas horas canónicas: Los laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y las completas, a los que deben añadirse los maitines, rezo nocturno que hace honor de nuevo al Libro de los salmos (“A media noche me levantaba para darte las gracias”), de tal modo que a lo largo de la semana se recitasen los 150 salmos completos.
La misa y el oficio en nuestro tiempo
La celebración de la misa y del oficio actuales han abandonado en su mayor parte el canto llano. Sin embargo, aún es posible encontrar reductos y ocasiones especiales en los que no ha perdido su vigencia.
Misa tridentina en París [2012?]. El canto gregoriano (ni el la lengua latina) son la base de la liturgia católica desde el Concilio Vaticano II(1962-65). Sin embargo, en (muy pocas) ocasiones especiales, sigue practicándose el rito gregoriano para dar mayor solemnidad y purezaa la misa. En el fragmento seleccionado vemos el inicio de la misa, incluyendo el canto del Introito y algunas secciones recitadas.
El gran silencio [2005]. Esta impresionante película ilustra la vida en el monasterio de la Gran Cartuja en Grenoble (Francia), perteneciente a una de las congregaciones más austeras de la cristiandad, consagrada a la oración y a los trabajos manuales. El fragmento seleccionado ilustra el rezo nocturno de los maitines. Los maitines constituían -junto con los laudes y las vísperas- las horas mayores, rituales más elaborados que debían realizarse en comunidad en la iglesia del monasterio.
El Real Book de la Edad Media
El canto gregoriano fue el único repertorio musical de la Edad Media que llegó a todos las clases sociales y a todos los rincones de la cristiandad.
A pesar de haber sufrido numerosas mutaciones a lo largo de su larga historia, y de haber sufrido una larga decadencia desde las postrimerías de la Edad Media hasta la Revolución Francesa, el canto gregoriano ha constituido la columna vertebral de la liturgia católica hasta el Concilio Vaticano II(1962-65). El enorme peso de la religión en la Europa medieval y renacentista hizo del canto gregoriano elrepertorio musical internacional por excelencia, el único que podía ser conocido por todos y en todos los rincones de Europa.
Al semejanza del Real Book, el canto gregoriano está formado por cantos procedentes de épocas y lugares muy diversos. Con el desarrollo de la polifonía a partir del siglo XII, veremos también cómo el canto gregoriano será tomado una y otra vez como punto de partida para la improvisación y la composición de música polifónica. Tanto el improvisador como el compositor partirán de una melodía gregoriana dada y añadirán una o varias voces nuevas.
Durante los siguientes tres o cuatro siglos, las técnicas y los estilos polifónicos se sucederán con relativa rapidez (Escuela de San Marcial de Limoges, Escuela de Notre Dame, Ars Antiqua, Ars Nova, etc.), las obras y los compositores alcanzarán sus momentos de gloria y caerán en el olvido pasadas unas décadas. Sin embargo el canto llano permanecerá en la memoria colectiva generación tras generación, conformando el sustrato musical más profundo de la música occidental.